El pasado 27 de junio disfrutamos de una divertida jornada en Benahavis, primero el descenso por el Barranco y luego una jornada de escalada hasta bien entrada la tarde.
Desde el punto de reunión nos dirigimos hacia el primer aparcamiento que aparece al aproximarnos a Benahavis. A pesar de que era temprano el día prometía ser muy caluroso y, aunque éramos los primeros en llegar, no tardaríamos en ver multitud de grupos que venían a realizar la misma ruta.
Dejamos los coches, nos pusimos los neoprenos y caminamos paralelos a la carretera hasta llegar al Charco de las Mozas donde nos dimos el primer baño. Todos, desde los peques hasta los mayores se atrevieron con saltos desde distintas alturas.
Seguimos el curso descendente del río salvando las rocas pero sin mojarnos demasiado durante los primeros tramos. Admiramos los pilones que ha ido tallando el curso del agua a lo largo de millones de años. Atravesamos otro par de pozas y poco a poco las paredes se fueron estrechando hasta acercarnos a lo que se conoce como La Angostura.
Esta es sin duda la parte de mayor belleza del cañón. La forma de las paredes y la pérdida de luz hace que parezca que te adentras en una cueva.
En estos momentos el Neopreno se agradece, el agua está fría y aquellos que pensamos en dejar la parte de arriba del traje en el coche, agradecemos ahora no haberlo hecho. Los padres que hemos traído a los peques con traje corto y fino aprendemos la lección para la próxima vez.
Nos hacemos varias fotos de grupo y seguimos el curso hasta que volvemos a ver la luz del sol. Unos minutos más adelante llegamos a la presa. Algunos optan por descender por la cuerda y otros lo hacemos por el lateral.
Estos son los últimos minutos del recorrido, hasta que llegamos a la playa que se forma cuando el curso se ensancha y antes de perderse en la vegetación. Algunos aprovechan para realizar los últimos saltos y otros se acomodan en la orilla para reponer fuerzas y beber agua.
Estamos muy cerca de donde hemos aparcado los coches. Caminos por un sendero hasta que volvemos al aparcamiento y desde allí algunos deciden sumarse a la segunda actividad y otros se marchan.
La experiencia de recorrer el cañón ha sido fantástica sobre todo el tramo de la Angostura, en el que tienes que nadar durante varios minutos, que parece mágico en algunos momentos.
Los que seguimos con la Escalada nos encontramos con Pedro y aprovechamos para comernos los bocatas mientras el sol nos da un poco de tregua. Poco a poco se unen otros socios del club y comenzamos a subirnos a la pared. Al final los permanecemos casi hasta la 21h.
Ha sido un día muy intenso pero enormemente gratificante. Hemos conocido un nuevo “monumento” natural cuya experiencia nos ha llenado de energía y hemos tenido la oportunidad de conocer a varios socios del club. Tanto el escenario como la compañía han sido de primera y esperamos poder repetir muy pronto. ¡Muchas gracias a todos!
