Hacía tiempo que tenía ganas de una actividad pura de escalada deportiva y mas en una zona que siempre impresiona como es el cañón de Utrera, esta vez no quedamos tan temprano, y todos los asistentes acudieron puntuales a la cita. Nos dirigimos en coche dirección Manilva casares, y cual fue mi sorpresa cuando llegamos que no era el sector que escalo habitualmente en Manilva, era el sector de arriba conocido como «las mesas» o «el torcal», esto me produjo una enorme alegría debido a que es la primera vez que escalaría ahí, al otro sector he acudido con frecuencia este verano, personalmente disfruto mucho probando vías nuevas y visitando nuevos sectores.
Llegamos al aparcamiento donde nos encontramos con el que iba a ser nuestro guía, Rogelio uno de los escaladores mas auténticos y con mas experiencia que uno puede conocer, una motivación añadida a esta actividad, otra grata sorpresa es conocer a nuevos escaladores del club con los que otras veces no había coincidido un total de 17 personas con tres niños muy divertidos y mi perro Nico, que enseguida entabló amistad con los mas pequeños.
Una vez aparcado nos dirigimos al sector, el día algo gris, lo cual agradecimos, ya en el sector las vistas de todo el cañón e incluso de la costa impresionaban. Una vez ahí escuchamos atentos las instrucciones de Rogelio sobre los grados y las vías, a priori muchos V+ algún 6a y 6b y varios 7º, pero aparte de esta descripción todos quedamos bastante impresionados con el relato de Rogelio y sus inicios en la escalda a la edad de 16 años, escuchamos atentamente como de una manera autodidacta comenzó a equipar y en muchos casos a practicar escala libre y a vista…madre mía y en Manilva!!!….
Tras estos relatos ya estábamos todos motivados y comenzamos con los V+, madre mía como estaba el grado y las salidas.
Mi primera impresión era lo exigente que era esa roca y las salidas, todos comenzamosa escalar sin descanso, algo frustrados al principio, he de reconocerlo, pero con el paso de las horas esa roca tan exigente se volvía mas y mas agradecida, el secreto estaba en los piés.
Entre vía y vía podíamos presenciar a Rogelio y su compañero escalando con una soltura impresionante en 7a+ y hasta un 7c, la roca exigente de Manilva y con desplome, que espectáculo!!
Así continuamos sin parar de escalar todo el día, una vía tras otra, charlas, risas, yo creo que escalé no se si 9 o 10 vías, mucho mas de lo habitual en mi, y poco a poco todos fuimos subiendo un poco mas el grado. Algún 6b y hasta una tentativa frustrada de 7a, pero había que intentarlo.
Unas cuantas horas después todos estábamos «petados», pero con una sensación mas que agradable, personalmente el día se me pasó en nada.
Y ya nos queda esperar a la próxima, mi agradecimiento a Rogelio, María, a todos los asistentes y al CEM.
Crónica: Agustín González
Fotos: Daniel Blanco y María Maestro